miércoles, 3 de junio de 2009

Innovación = proceso creativo

Según comentaba hace tiempo, A. J. Schuler, -experto en la dirección y el cambio de organización- en su articulo sobre "Creatividad e Innovación empresarial: Cómo construir una Cultura Innovadora", la competitividad obliga a institucionalizar la innovación como proceso y para ello la creatividad resulta imprescindible, no solamente para destruir estereotipos de gestión empresarial sino, sobre todo, para impulsar a las empresas a tomar riesgos.

La innovación se entiende así, como un proceso creativo, que se puede ir abordando por etapas, donde los líderes de las empresas tienen un papel fundamental ,ya que son quienes primero tienen que entender este proceso para poder establecer las políticas necesarias que construyan una cultura innovadora propia. Schuler, apoyándose en el trabajo de Teresa Amabile habla de cuatro fases:
  1. Preparación: aquí las personas o el equipo creativo abordan el problema, recabando información al respecto, implicandose colectivamente mediante roles, o coordinando tareas.Aquí surgen las posibilidades de transformación.
  2. Incubación: en esta etapa, el problema parece estar en segundo plano, pero la mente continua trabajando.Hay que darse un tiempo y continuar dandole vueltas al tema.
  3. Iluminación: Tras la reflexión,individualmente o en grupo,pueden surgir ideas o intercambiar las que se han tenido para articular las reflexiones realizadas.
  4. Ejecución: Ésta es el paso necesario para pasar de la pura creatividad a una innovación acertada, ya que sin resultados no hay cambios y se necesita cierta determinación para perseguir lo que uno cree conveniente y convencer a los demás, aunque también ayuda la proactividad de toda la organización y en especial de los lideres para llevar a buen término todo el proceso creativo e innovador.De ahí que Schuler crea que esta etapa tiene más que ver con las habilidades sociales que con las técnicas,ya que debe convecer a los más críticos y reactivos.

Para acabar de destacar los puntos fundamentales de este proceso, se sugieren cinco prácticas empresariales que crean culturas innovadoras ,ya que no solo es necesario que los líderes entiendan los pasos del proceso creativo, y se comprometan a promover la cultura innovadora a través de encargados o formadores en estas prácticas sino también recompensando o reconociendo a las que los empleen con éxito.


  • Seleccionar innovadores entre su personal y construya “viveros innovadores” en su organización, por un lado, especialmente util para la segunda fase.

  • Cree “zonas creativas” ,eliminando así que otro tipo de presiones del trabajo interrumpan o desalientan en la etapa de acopio de información,dando recursos y herramientas adecuadas.

  • Cree “un espacio lúdico ”,ya que durante la etapa de la incubación, actividades que pueden parecer diversiones inútiles - que puede incluso no parecer trabajo - son necesarias totalmente para permitir que las partes más profundas del cerebro solucionen un problema y hagan nuevas conexiones. La clave es contenerse de juzgar sus actividades o métodos.

  • Resista la tentación de poner plazos rígidos o resultados inmediatos,podría acabar con la etapa de la iluminación.

  • Comprométase a poner en práctica las mejores ideas.De esa manera la innovación se expande por la organización cosechando sus recompensas y animando a otros innovadores a aportar valor en su empresa y no en la de sus competidores.

Por ello, finaliza su artículo subrayando que los líderes de las organizaciones son los primeros que deben implicarse en la innovación, apreciando el valor del aprendizaje, y fomentando una cultura positivista que entienda la innovación como un proceso creativo y abierto a toda la organización.

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