lunes, 22 de junio de 2009

¿Sostenibilidad costera?

La ley de costas,aprobada en 1988 y que ahora empieza a aplicarse por distintas administraciones autonómicas o municipales, se esta aplicando con arbitrariedad, segun la mayoría de los ciudadanos afectados por dicha aplicación.Mientras que hace poco anunciaban el derribo de uno de los chiringitos de más solera de Chipiona, por otro lado, podemos contemplar como desde 1988 hasta la actualidad se han construido y se siguen construyendo complejas urbanizaciones hoteleras e inmobiliarias que segun esa misma ley no tendrían razón de ser si queremos conservar nuestras costas.

Este fin de semana,como algunos hemos podido observar en el documental Deconstruyendo la costa del programa el Escarabajo verde ,hay algunas zonas costeras,donde frente a poblaciones atemorizadas por la posible aplicación de la ley con caracter retroactivo y cuyo efecto puede significar quedarse sin la vivienda que les pertenece y que llevan ocupando desde hace décadas, hay grandes complejos hoteleros, grandes proyectos de construcción de campos de golf o de polígonos industriales que, segun parece y paradójicamente, no infingirían la ley de costas.

Entre los que optan por la defensa de estos ciudadanos amenazados está Jose Ortega,abogado especializado en defender deslindes que amenazan a particulares ,quienes se han constituido en la Plataforma Nacional de Afectados por la Ley de Costas intenta hacer frente a todos estos desatinos, desinformaciones, intereses contrapuestos y abusos de las autoridades.

En Euskadi, a pesar de existir una legislación costera ,también hay ejemplos de arbitrariedades en este sentido,como podemos observar a simple vista si nos acercamos a nuestras costas o como se observa en este informe de greenpeace:La ría de Mundaka,la reserva de la Biosfera del Urdaibai, (ver informe Estrategia Desarrollo Sostenible de la reserva de la biosfera del Urdaibai) el biotopo protegido de Gaztelugatxe, y otros muchos parajes costeros tienen su presente y su futuro amenazados por el crecimiento urbanístico e inmobiliario, a lo que hay que añadir la contaminación industrial o la contaminación debida a infraestucturas recientemente construidas como puertos deportivos,etc.

Nuestra pasividad como ciudadanía ante este tipo de casos, mientras no esté en juego nada ni nadie de nuestro entorno, puede ser una factor negativo condicionante para que las cosas se sigan haciendo mal, para que se siga favoreciendo a unos y perjudicando a otros ,además de continuar con la degradación de nuestro entorno,con las consecuencias que ello conlleva para nuestra salud y para la salud de las generaciones que vienen detrás nuestro.

Nuestra responsabilidad social como ciudadanía reside en no volver la cara para otro lado, mientras haya casos como estos,mas o menos cerca. Mientras haya algo que podamos hacer tenemos que hacerlo, como mínimo podemos contribuir a la difusión de casos similares que, por diferentes motivos, estan degradando nuestro entorno.

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